5.6.5 Limpieza y restauración del soporte

5.6.5.1      Los discos CD o DVD no requieren una limpieza rutinaria si se manipulan con cuidado, pero cualquier contaminación de la superficie debe eliminarse antes de la reproducción o como medida previa al almacenamiento. Es importante no dañar la superficie del disco al limpiarlo. La contaminación con partículas como el polvo pueden rayar la superficie del disco durante la limpieza, y el uso de disolventes agresivos puede disolver o afectar la transparencia del sustrato de policarbonato.

5.6.5.2      Se recomienda utilizar un soplador de aire o aire comprimido limpio para quitar el polvo. En casos de contaminación más abundante se puede lavar el disco con agua destilada o soluciones de limpieza de lentes a base de agua. Hay que tener cuidado, ya que los colorantes de las etiquetas en muchos CD-R son solubles en agua. Se recomienda utilizar un algodón suave o una gamuza para una limpieza final del disco. Nunca se debe limpiar el disco con movimientos circulares en torno al centro, sino radialmente desde el centro hacia el exterior del disco; esto evita el riesgo de un rayado concéntrico, que puede dañar extensas secciones secuenciales de datos. Hay que evitar el uso de productos de limpieza de papel o limpiadores abrasivos en los discos ópticos. En casos de contaminación grave se puede utilizar alcohol isopropílico.

5.6.5.3      Es preferible no llevar a cabo reparaciones o pulimentos en los discos ópticos originales, ya que estos procesos los alteran de forma irreversible. Sin embargo, si la superficie de lectura de un disco muestra rozaduras que producen un alto nivel de errores, se pueden efectuar reparaciones a fin de devolver el disco a un estado que permita la transferencia. Estos pueden incluir sistemas de pulido húmedo, siempre que se hayan probado meticulosamente sus efectos antes de aplicarla a cualquier material importante. La manera de hacerlo es probar el proceso de restauración en cuestión con un disco prescindible, y examinarlo luego para determinar el efecto de la restauración aplicada (para más detalles consultar la norma ISO 18925:2002, AES 1928-1997, o ANSI / NAPM IT9.21 e ISO 18927:2002 / AES 38-2000). Aunque algunas pruebas iniciales de pulido húmedo ofrecen resultados adecuados, la eliminación de parte de la superficie hace que los archiveros de sonido sean reacios a recomendar estos métodos. Además, los pulidos húmedos solo son eficaces con rozaduras pequeñas; discos con rayas más profundas o intencionales, hechas por ejemplo con un cuchillo o unas tijeras, no se podrán devolver a un estado legible con un pulido húmedo. Para cualquier daño en la cara de la etiqueta las medidas de reparación descritas tampoco serán adecuadas.

5.6.5.4      Antes y después de toda medida de limpieza y/o reparación y antes de la reproducción puede ser aconsejable medir primero las tasas de errores del CD o DVD. Como mínimo:

5.6.5.4.1   Errores de ráfaga de marco (FBE) o longitud de la ráfaga de errores (BERL)
5.6.5.4.2   Tasa de error de bloques (BLER)
5.6.5.4.3   Errores corregibles (E11, E12, E21, E22, los errores antes de la interpolación)
5.6.5.4.4   Errores no corregibles (E32)

Y preferentemente:
5.6.5.4.5   Ruido radial y señales de error de seguimiento (RN)
5.6.5.4.6   Señales de alta frecuencia (HF)
5.6.5.4.7   Dropouts (DO)
5.6.5.4.8   Errores de enfoque (PLAN)

5.6.5.5      Hay una variedad de dispositivos disponibles para medir errores en los CD y DVD de complejidad, precisión y coste variables. Un probador fiable es, sin embargo, una parte necesaria de una colección de discos digitales para determinar si se sobrepasan los umbrales críticos de error (ver 8.1.5, «Discos Ópticos - Estándares» y 8.1.11, «Equipos de pruebas»). Si después de limpiar y reparar un disco alguna de las tasas de error aún supera estos límites se recomienda leer la sección 5.6.3, «Selección de la mejor copia».