5.3.3 Limpieza y restauración del soporte

5.3.3.1      Los discos se deben manipular con mucho cuidado, sin permitir que los dedos toquen la zona del surco de un disco de vinilo. El sudor y otros depósitos de la piel pueden ser en sí causa de ruido de reproducción, pero además atraerán y adherirán polvo a la superficie, permitiendo el crecimiento de mohos y hongos y aumentando el ruido de reproducción. Se debe utilizar guantes de algodón para manipular los discos. Si los guantes apropiados no son prácticos, los discos deben ser sacados de (y devueltos a) sus fundas de manera que las puntas de los dedos se coloquen en el área de la etiqueta y la base del pulgar en el borde, dejando la zona de surcos sin tocar.

5.3.3.2      El polvo, el enemigo de todas las grabaciones de sonido, es un gran problema con discos de vinilo, por dos razones: el menor surco significa que las partículas de polvo son comparables en tamaño con la aguja, y estas causan clics y ruidos de fritura, y la naturaleza electrostática del vinilo aumenta la atracción de polvo hacia la superficie del disco. Se han desarrollado sistemas de efectividad variable para intentar neutralizar estas cargas electrostáticas, desde cepillos de fibra de carbono a «pistolas» piezoeléctricas que «disparan» una carga neutralizadora a la superficie del disco.

5.3.3.3      La forma más eficaz de limpiar discos es lavarlos. Algunas máquinas de limpieza, como la conocida máquina Keith Monks, cubren la superficie con un líquido de limpieza que acto seguido se elimina por un dispositivo de succión móvil que barre la superficie para absorber tanto el líquido y el polvo como cualquier suciedad presente en las ranuras. Un método más sencillo es el lavado, evitando el área de la etiqueta, con agua desmineralizada y un detergente suave o un agente humectante no iónico como la cetrimida (cloruro de n-cetilpiridina) diluida al 1 por ciento, que tiene propiedades anti-hongos y anti-bacterias. El disco puede cepillarse luego en el sentido de los surcos con un pincel suave de pelo de camello, evitando siempre el área de la etiqueta, y aclararlo una vez más con agua destilada. Los depósitos de grasa en los discos de vinilo se pueden eliminar con alcohol isopropílico. Dado que los discos que no son no de vinilo pueden resultar afectados por el alcohol, hay que tener cuidado para asegurarse de que el disolvente no cause daños al disco.

5.3.3.4      No debe utilizarse ninguna solución de limpieza de discos que no explicite su composición química. Solo el archivero puede tomar las decisiones sobre el uso de disolventes y otros productos de limpieza, contando con el asesoramiento técnico adecuado de químicos o conservadores especializados en plásticos.

5.3.3.5      Al igual que con los formatos mecánicos históricos y otros ya obsoletos (ver 5.2.3, «Limpieza y restauración de soportes»), la limpieza por ultrasonidos puede ser eficaz. Hay que tener cuidado en la selección del disolvente: una solución al 1 por ciento de cetrimida en agua destilada es adecuada. La etiqueta debe estar libre de líquido, y el disco debe girar lentamente hasta que toda la zona del surco se haya mojado.

5.3.3.6      Quizás el método más eficaz para reducir los efectos de la suciedad, el polvo y la electricidad estática es reproducir los discos mojados. Esto se puede conseguir simplemente cubriendo el disco con una solución de cetrimida, o mediante un cepillo suave mojado situado antes de la aguja. Mojar el disco puede reducir drásticamente la incidencia de clics y chasquidos, pero tiene el efecto de incrementar el ruido de superficie en todas las reproducciones posteriores «en seco». La reproducción húmeda con líquidos que contengan alcohol no es recomendable, ya que puede reaccionar químicamente con los cojinetes de polímero del espárrago, con resultados negativos.

5.3.3.7      La restauración necesaria más frecuente de un disco es aplanarlo. Los criterios siguientes se aplican tanto si el disco está abarquillado como si está doblado. El tratamiento precisa de un horno termostático (necesariamente un horno de laboratorio, pues un horno doméstico no es apropiado) a una temperatura en general no superior a 55° C, que contenga dos láminas limpias de vidrio templado y pulido, de 7 mm de espesor y 350 mm de lado. Después de limpiarlo y secarlo a mano, se coloca el disco sobre la lámina de vidrio base previamente calentada en el horno, mientras que la lámina superior se suspende en otro lugar del horno. Tras una media hora se inspecciona el disco: es muy posible que ya se haya alisado. Si no, se comprueba la elasticidad como señal de ablandamiento, y la experiencia indicará si la colocación de la placa superior caliente sobre el disco podría tener el efecto deseado. El sándwich se deja durante media hora más, y la hoja superior se levanta con guantes. Si el disco está perfectamente plano, el sándwich completo se retira del horno y se deja enfriar sobre un soporte aislante. Si no se ha obtenido el aplanamiento, se eleva la temperatura a intervalos de 5° C y se repite el procedimiento. Nunca se debe aplicar presión sin un ablandamiento suficiente.

5.3.3.8      Aplanar discos es un proceso útil porque puede volver reproducibles los discos irreproducibles. Sin embargo, algunas investigaciones recientes sugieren que el procedimiento de alisar discos con calor provoca un aumento constatable en las frecuencias subsónicas e incluso en la gama audible de bajas frecuencias (Enke 2007). Aunque la investigación no es concluyente, se debe tener en cuenta a la hora de decidir si se ha de aplanar un disco. El análisis del efecto de aplanamiento se llevó a cabo sobre discos de vinilo y todavía no se ha determinado si el mismo efecto se manifiesta en la goma laca, aunque las temperaturas más bajas asociadas con los tratamientos a la goma laca los hacen mucho menos arriesgados.
Sin embargo, se ha de valorar la eventualidad de estos daños frente a la posibilidad de reproducir el disco.