8. TRANSFERENCIA SIN MODIFICACIONES A UN NUEVO FORMATO DE DESTINO

Las transferencias de antiguos formatos de archivo a otros nuevos deben llevarse a cabo con la intención de producir una réplica lo más fiel posible del original. Sobre todo, se evitarán las alteraciones o «mejoras» subjetivas, como la eliminación de ruidos o del granulado de la película. Las alteraciones subjetivas, de hecho, reescriben el documento histórico de acuerdo con la perspectiva del operador que realiza el cambio y socavan así los principios más básicos de la preservación.

La señal que el ingeniero de la grabación original pretendía capturar es solo una parte de un determinado documento audiovisual. Los artefactos no deseados o no intencionados (por ejemplo, ruido, distorsiones, pérdidas de señal) forman también parte de ella, ya sea por las limitaciones tecnológicas de las grabaciones históricas o porque se hayan agregado posteriormente a la señal original causadas por el uso, la mala manipulación o el almacenamiento deficiente.

En algunos casos, las «imperfecciones» aparentes de una grabación pueden corregirse objetivamente en el momento de la digitalización, ajustando los parámetros de reproducción para recuperar de manera óptima la señal deseada (véase la sección 7). Sin embargo, en términos generales, tanto la señal como los artefactos deben preservarse con la mayor precisión. Es esencial que se transfiera el rango dinámico completo, la respuesta de frecuencia o la resolución de la imagen del original.

De la misma manera, es esencial la documentación cuidadosa de todos los parámetros elegidos y de los procedimientos empleados en el proceso de transferencia.

Comentario:

En algunos casos, las alteraciones en la transferencia de antiguos formatos de archivo a otros nuevos son inevitables, por ejemplo, cuando se convierte una señal de vídeo compuesto analógico a una diferenciación de colores mediante una cadena digital de bits.