6.3.11 Robots automáticos o recuperación manual de datos

6.3.11.1    Para operaciones a pequeña escala es posible realizar una copia de seguridad de datos desde una estación de trabajo (un ordenador) a una unidad de cinta, y ubicar manualmente los cartuchos de cinta para su almacenamiento en una estantería tradicional. Incluso los sistemas en red a pequeña escala podrán llevar a cabo un procedimiento de salvaguarda de datos manual de sus contenidos (ver también el capítulo 7, «Opciones a pequeña escala para sistemas de almacenamiento digital»). Las mismas pautas generales para entornos de almacenamiento son aplicables a todo tipo de cintas magnéticas, aunque deba prestarse especial atención a minimizar la presencia de polvo y otras substancias contaminantes. Para operaciones a gran escala, y en particular allí donde los costes laborales sean altos y exista presupuesto para el equipamiento adecuado, será deseable disponer de un cierto grado de automatización en favor de sistemas más económicos que los puramente manuales. El grado de automatización dependerá de la escala y la consistencia de la tarea, el tipo de acceso al contenido y los costes relativos de los principales recursos.

6.3.11.2    Cargadores automáticos y bibliotecas robotizadas de cinta. El siguiente paso tras las unidades de cinta autónomas es el cargador automático o autocargador a pequeña escala, dotado de una unidad de lectura/escritura de cinta — ocasionalmente dos — y de una fila o carrusel de cintas de datos dispuestas secuencialmente para alimentar la unidad y permitir de este modo operaciones de salvaguarda (de datos. Una de las principales diferencias entre los autocargadores y las bibliotecas robotizadas a gran escala reside en que, en el primer caso, las cintas grabadas no están registradas por el software de salvaguarda de datos en una base de datos centralizada que pueda permitir la recuperación automatizada. Las tareas de búsqueda, recuperación y recarga de ficheros individuales siguen en manos de un operador humano. Todo lo que los autocargadores permiten es, tal y como su nombre indica, la lectura y/o escritura secuencial automatizada con el fin de superar las limitaciones de capacidad que cada cinta individual impone. Desaparece así del proceso el operador humano responsable de cambiar de cinta durante el proceso de salvaguarda.

6.3.11.3    Por contra, hasta la más pequeña de las bibliotecas robotizadas de cinta está programada para comportarse como un sistema de almacenamiento único e independiente. La ubicación de ficheros individuales en diferentes cintas resulta transparente al usuario. El sistema de control de la biblioteca supervisa las direcciones de los ficheros en cada cinta, así como la posición física de las cintas en la biblioteca. Ante cualquier recarga de datos o reubicación de una cinta, el subsistema robotizado reescaneará los compartimentos de cintas durante la inicialización para actualizar su inventario con metadatos provenientes de códigos de barras, etiquetas de radiofrecuencia (rf tags) o chips de memoria ubicados en las carcasas de las mismas cintas.

6.3.11.4    Las bibliotecas de cintas de mayores dimensiones presentan ventajas sobre las de menor tamaño. Pueden ser construidas con redundancia y hallarse diseminadas, con lo que se minimiza el tiempo de inactividad y la carga de procesos de escritura/lectura se equilibra entre diversos sistemas similares. Las bibliotecas de gran tamaño también pueden usarse como sistema multipropósito: pueden, por ejemplo, mantener las copias de seguridad de una empresa a la vez que manejar el contenido audiovisual en archivo.

6.3.11.5    Los casetes o cartuchos de cinta de datos utilizados en un sistema robotizado deberán tener algún tipo de identificación (código de barras, etiquetas de radiofrecuencia, etc.). Estos sistemas ópticos o electromagnéticos de reconocimiento operan a veces en conjunción con memorias MIC para suplementar información sobre la identificación y contenido de la cinta. Algunos formatos disponen de un sistema global de identificación que asigna códigos de barras a cada casete o cartucho, de modo que cualquier cinta utilizada en una biblioteca robotizada pueda ser reconocida en otro sistema de biblioteca.

6.3.11.6    Programas de salvaguarda y migración. Calendarios. Existe cierta confusión tanto en círculos de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) como en comunidades más amplias en lo referente al propósito y operación de los archivos de datos a largo plazo. Dos malentendidos muy populares son los siguientes. En primer lugar, el que afirma que archivar es el proceso de desplazar material de uso poco frecuente desde dispositivos de almacenamiento sobre disco conectados en red, de alto coste, hacia otros dispositivos más asequibles, offline, en bibliotecas inaccesibles desde donde quizás ya no pueda recuperarse. En segundo lugar, el que asegura que el proceso de backup es la rutina programada de forma periódica — diaria o semanalmente — de copia completa de todo lo almacenado en el sistema.

6.3.11.7    En relación al primer malentendido, la realidad indica que algunos de los materiales más importantes y valiosos pueden no usarse durante meses o años, pero su supervivencia debe seguir garantizada sin titubeos. Análogamente, respecto al segundo malentendido, si se trabaja con las reglas adecuadas, puede que no sea preciso replicar diaria o semanalmente grandes cantidades de material si solo se actualizan pequeños porcentajes. En la práctica, aun cuando el establecimiento de un plan estricto de replicación de datos en diferentes medios y ubicaciones resulte esencial para minimizar el riesgo de fallos tecnológicos y garantizar la recuperación ante desastres, las características particulares del patrimonio digital requieren ciertos procedimientos que difieren de la gestión de datos estandarizada por las tecnologías de la información.

6.3.11.8    Aunque los sistemas convencionales de administración jerárquica del almacenamiento (Hierarchical Storage Management, HSM) puedan optimizarse para realizar copias de seguridad periódicas y desplazar contenidos de baja demanda a ubicaciones menos accesibles, otros sistemas con mejores prestaciones podrán adaptarse más a las reglas de funcionamiento de archivos con diferentes tamaños y niveles de acceso. Una organización de tamaño medio puede llegar a transferir unos 100GB de datos de audio cada semana, o bien 1TB de vídeo. Es razonablemente sencillo garantizar la copia de los materiales tan pronto como se integran en el sistema, así como mantener el acceso a los más consultados.

6.3.11.9    Alguna de las tareas primordiales del software de gestión del almacenamiento son la optimización del uso de los recursos informáticos y la administración de los dispositivos en el ámbito del equipamiento, así como la regulación del tráfico de datos con la menor latencia posible para el usuario. El software HSM ofrece una serie de opciones para la migración de ficheros desde disco duro en red hacia cinta, opciones que pueden ser de base temporal (anterior a una cierta fecha), dimensional (mayor de un cierto tamaño), posicional (ubicados en carpetas determinadas) o relacionadas con determinados límites superiores o inferiores de ocupación de disco duro.

6.3.11.10 Cuando se generan tanto ficheros de alta resolución como copias de acceso a baja resolución, es típico que los primeros sean los destinados a la preservación y los trasladados a cinta con el fin de liberar espacio de disco duro, que es más caro. Se requiere un compromiso entre la disponibilidad del material y la optimización del uso de las unidades de cinta y otros medios grabables. Si el acceso a las cintas es muy frecuente, las repetidas operaciones de carga y descarga, rebobinado y reproducción degradarán el rendimiento del sistema. Los sistemas más sofisticados de gestión del contenido a menudo incorporan niveles más bajos de gestión de almacenamiento que hacen que los usuarios sean menos conscientes de los ficheros y componentes que soportan el sistema.