5.4 Reproducción de cintas magnéticas analógicas

5.4.1 Introducción

5.4.1.1      La tecnología de grabación en cinta magnética analógica ha impregnado todos los ámbitos de la industria discográfica desde su divulgación y distribución masiva en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial. Los avances tecnológicos convirtieron la cinta en el principal formato de grabación de los estudios profesionales de grabación, y posteriores desarrollos en los sistemas de fabricación permitieron que el magnetofón de bobina fuera asequible para el mercado doméstico. La introducción del casete compacto de Philips en 1963 puso un dispositivo de grabación al alcance de muchas personas e hizo posible y práctico para los consumidores grabar todo lo que les parecía importante. Prácticamente todo archivo de sonido o biblioteca tiene grabaciones magnéticas analógicas, y PRESTO (Wright y Williams, 2001) estima que hay más de 100 millones de horas de grabaciones en cinta analógica en colecciones de todo el mundo, una cifra que en ningún modo contradice a la encuesta de IASA sobre formatos en peligro de extinción (Boston, 2003). A partir de la década de1970 los archiveros de sonido recomendaron la cinta analógica de bobina de cuarto de pulgada como formato de archivo preferido, y a pesar del ruido inherente y la descomposición química inminente, algunos todavía la recomiendan hoy en día como soporte estable. Pero la desaparición inminente de la industria de la cinta analógica y el cese consecuente y casi total de la producción de equipos de reproducción hacen que sea necesario tomar medidas inmediatas para transferir este vasto registro de historia cultural a un sistema de gestión más viable.

5.4.1.2      La cinta magnética se fabricó comercialmente por primera vez en Alemania en 1935, pero fue la comercialización del mercado estadounidense después de 1947 la que la llevó a su popularidad y a la normalización definitiva. Las primeras cintas se fabricaron con un sustrato de acetato de celulosa, que se continuó utilizando hasta la introducción del poliéster (PET, polietilenotereftalato, conocido comercialmente como Mylar). Los fabricantes producían cintas tanto de acetato como de PET con aglutinantes de acetato, la mayoría sustituidos gradualmente a partir de la década de 1960 por un aglutinante de uretano de poliéster. BASF fabricó cintas de PVC desde la década de 1940 hasta mediados de 1972, aunque poco a poco introdujo su propia línea de poliéster a partir de finales de los 1950s. Aunque el PVC fue principalmente una especialidad del fabricante alemán BASF, 3M también produjo una cinta de PVC a partir de alrededor de 1960: la Scotch 311. Más raras son cintas magnéticas con base de papel, que datan de la década de 1940 hasta principios de la de 1950. Las cintas de casete siempre se han fabricado en poliéster. En 1939 el pigmento magnético utilizado (a menudo llamado óxido) fue γFe2O3, y aunque mejoras posteriores en el tamaño y forma de las partículas y en el dopaje aumentaron el rendimiento y disminuyeron el ruido, esta formulación se ha mantenido prácticamente igual para casi todas las cintas en bobina analógicas y casetes de tipo I. Las casetes de tipo II son CrO2 o Fe3O4 dopado con cobalto, las de tipo III (muy poco comunes) son de doble capa con Fe2O3 y CrO2, y las de tipo IV son de metal (hierro puro).

5.4.1.3      Los materiales que unen las partículas magnéticas al sustrato de cinta, llamados aglutinantes, han resultado la parte de la cinta más propensa a la descomposición química. Esto es especialmente cierto en el caso de las cintas con aglutinante de poliéster de uretano (que frecuentemente utilizan un sustrato de PET) de la década de 1970, aunque AGFA y BASF y sus propietarios posteriores, Emtec, utilizaron un aglutinante de PVC sobre la base de muchas de sus cintas de estudio y de difusión, en particular la 468.

5.4.2 Selección de la mejor copia

5.4.2.1      Los soportes grabables como la cinta magnética no suelen tener múltiples copias de la misma generación. Con la excepción de las casetes, las cintas de audio muy raramente fueron duplicadas en serie, por lo que el archivero de sonido tiene que elegir entre copias de diferentes generaciones. Por regla general, para fines de preservación la copia original es la mejor. Sin embargo, la cinta original puede haber sufrido algún tipo de degradación física o química, como la hidrólisis, lo que haría preferible una buena cinta duplicada antes de la degradación sufrida por el original. Las cintas raramente muestran signos visibles de deterioro o daño, de modo que si hay múltiples copias de un artículo el mejor procedimiento es bobinar las cintas con cuidado y escucharlas para determinar cuál es la mejor copia.

5.4.2.2      También se debe tomar una decisión relativa a la conservación para asegurar que se ha seleccionado la copia más adecuada o completa. Esto es sobre todo un problema cuando las cintas son resultado de un proceso de producción secuencial, como la masterización o la producción de sonido para cine o vídeo.

5.4.3 Limpieza y restauración del soporte

5.4.3.1      Limpieza de cintas: las cintas contaminadas o sucias se deben limpiar de polvo y suciedad con un cepillo suave y aspiración baja antes de ponerlas en el magnetófono. Un carrete deformado puede dañar seriamente una cinta, sobre todo en el rebobinado, y hay que sustituirlo antes de emprender cualquier otra actividad. La cinta debe enhebrarse con cuidado para no causarle daños. En ciertos casos, la cinta puede pasarse a continuación por una máquina de limpieza que incluya un paño suave o una superficie de otro material de limpieza sin pelusa. Este paso también puede ser beneficioso después del tratamiento para la hidrólisis (ver más adelante). Algunas máquinas de limpieza o restauración pasan la cinta por una cuchilla o una superficie afilada que elimina la capa superficial de óxido. Estas máquinas fueron desarrolladas para la reutilización de las cintas grabadas y no se recomiendan para tareas de archivo. Se prestará una especial atención a las casetes sucias, ya que algunas máquinas fiables de doble cabrestante pueden dañar las cintas sucias al reproducirlas. Sin un control de tensión adecuado se puede desarrollar un bucle entre los cabrestante.

5.4.3.2      Cintas líder y enlaces con cinta empalmadora: Muchas cintas tienen empalmes debidos a ediciones o a la inclusión de cinta líder. Es probable que estos empalmes ya no estén en buenas condiciones, debido al secado del adhesivo o a la exudación de la capa adhesiva. Si la cinta adhesiva se ha secado se debe reemplazar, pero los empalmes que exuden representan un problema más serio: el adhesivo puede pasar del empalme a las capas adyacentes, y provocar la disolución del aglutinador. También puede causar que las capas se adhieran entre sí, aumentando las fluctuaciones de velocidad. El adhesivo viejo debe eliminarse con un disolvente que no deteriore el aglutinador. Un disolvente adecuado es el líquido para encendedores altamente purificado, y se puede aplicar con un bastoncillo de algodón o un paño sin pelusa. Es aconsejable no aplicar a la cinta más cantidad de la estrictamente necesaria, y no más de la aplicable con un bastoncillo de algodón. Al igual que con todos los disolventes, se ha de probar primero una pequeña cantidad en la parte no utilizada de la cinta. La cinta se dejará sin bobinar por unos minutos para asegurar la evaporación total, que puede acelerarse con una corriente de aire. A veces es necesario cambiar o añadir cinta líder para poder reproducir la grabación completa.

5.4.3.3      Hidrólisis (síndrome de residuo pegajoso). Muchas de las cintas fabricadas a partir de la década de 1970 muestran al reproducirlas los resultados de una descomposición química del aglutinador. Llamada a menudo «síndrome de residuo pegajoso», el principal componente de esta reacción es la hidrólisis,* y a menudo se la denomina con este término. Se caracteriza por un depósito pegajoso de color marrón o lechoso en los cabezales y guías fijas del reproductor, a menudo acompañado de un chirrido audible y una reducción en la calidad de audio.

5.4.3.4      Los siguientes tratamientos representan diversos enfoques para el tratamiento de la degradación del aglutinador:

5.4.3.4.1     Temperatura ambiente, baja humedad: La hidrólisis implica la rotura de un enlace químico por efecto de la introducción de agua, y siempre que se haya producido una posterior recombinación irreversible, las reacciones hidrolíticas son teóricamente reversibles a través del simple proceso de la eliminación total del agua. Esto se puede conseguir colocando las cintas en una cámara con cerca de 0% de humedad relativa (HR) durante un período prolongado de tiempo, incluso varias semanas. Elevar ligeramente la temperatura aumenta el tiempo de reacción. Las pruebas han demostrado que este tratamiento, aunque ha tenido éxito en algunos casos, no siempre soluciona totalmente los efectos de una cinta degradada (Bradley 1995).

5.4.3.4.2     Rebobinado climatizado: A veces las capas de cintas muy degradadas pueden adherirse entre sí, y rebobinarlas o intentar reproducirlas puede causarles daños. En estos casos, si no se ha aplicado una cura térmica, se puede intentar aplicar aire caliente y seco directamente al punto en donde la cinta se pegue, y luego empezar a bobinar la cinta a una velocidad controlada de 10-50 mm por minuto.

5.4.3.4.3     Alta temperatura, baja humedad: Un sistema utilizado comúnmente en el tratamiento de cintas hidrolizadas consiste en calentar la cinta en una cámara a una temperatura estable de casi 50° C y 0% de humedad relativa durante unas 8 a 12 horas. La temperatura de 50° C es probablemente igual o superior a la temperatura de transición vítrea** del aglutinador de la cinta, pero no se sabe si esto tiene un efecto a largo plazo sobre las características físicas de la cinta una vez que esta haya vuelto a la temperatura ambiente. Se sabe que tiene un efecto electro-acústico positivo a corto plazo, al conseguir el retorno de sus características de reproducción a la condición original. Intercalar cinta nueva puede reducir el nivel de copia por contacto, que a veces aumenta con la elevada temperatura. Las cintas deben ser rebobinadas varias veces para reducir el efecto de copia por contacto inducida (print-through o «efecto eco») (ver 5.4.13.3).

5.4.3.4.4     Este último procedimiento tiene una alta tasa de éxito, pero no debe llevarse a cabo en un horno doméstico. Los hornos domésticos tienen un control de temperatura deficiente, que podría por tanto superar los márgenes de seguridad. Además, el control del termostato de los hornos domésticos oscila a lo largo del rango de temperatura, lo que puede dañar la cinta. No debe utilizarse nunca un horno de microondas, ya que calienta una pequeña parte de la cinta a una temperatura muy alta y puede dañar la cinta y sus características magnéticas. Es preferible un horno de laboratorio o cualquier otro dispositivo estable a bajas temperaturas. No se deben utilizar nunca temperaturas más altas, ya que pueden causar deformaciones en la cinta.

5.4.3.5      Exponer cintas a temperaturas elevadas controladas como se ha descrito requiere mucho cuidado y solo debe hacerse cuando sea absolutamente necesario.

5.4.3.6      El restablecimiento puede ser solo temporal, pero debería permitir reproducir la cinta nuevamente con el fin de hacer una transferencia. Los casos de los que tenemos constancia sugieren que cada vez son más frecuentes las cintas hidrolizadas que requieren un tratamiento más prolongado.


* Hidrólisis: descomposición química por la adición de agua, o reacción química en la que el agua reacciona con un compuesto y genera otros compuestos

** Temperatura de transición vítrea: La temperatura en la que un adhesivo pierde su flexibilidad y se vuelve duro, inflexible, y vítreo.

5.4.4 Equipos de reproducción: Máquinas profesionales de bobina

5.4.4.1      Como la cinta de bobina analógica ha sido el pilar de las comunidades de grabación de sonido y de archivo durante décadas, el cese virtual de la fabricación de reproductores y grabadores de cintas ha supuesto una crisis importante en la comunidad de archivos de sonido. Hay muy pocos magnetófonos profesionales disponibles directamente de los fabricantes, posiblemente solo de Otari, que sigue haciendo una sola máquina, que se podría describir como un modelo de tercera generación de gama media en comparación con su antigua oferta, y Nagra Kudelski, que aún da como disponibles dos máquinas analógicas de cinta portátiles para grabaciones de campo. No todas las máquinas cumplen con las especificaciones de reproducción necesarias (véase más abajo), por lo que el archivo ha de comprobar el cumplimiento antes de efectuar una compra. La alternativa es comprar y restaurar máquinas de segunda mano, y el mercado de las máquinas de bobina de gama alta analógicas es bastante saludable. Se recomienda que solo se compren máquinas muy difundidas, ya que esto facilitará la adquisición de piezas y el mantenimiento. Las características de una máquina de bobina adecuada para archivos son las siguientes:

5.4.4.2      Velocidades de reproducción: Las velocidades estándar de reproducción de cinta son las siguientes: 30 pulgadas / segundo (IPS) (76,2 cm/s), 15 IPS (38,1 cm/s) 7 ½ IPS (19,05 cm/s), 3 ¾ IPS (9,525 cm/s), 1 7/8 IPS (4,76 cm/s) y 15/16 IPS (2,38 cm/s). La necesidad de reproducir todas estas velocidades dependerá del contenido de la colección en particular. Ninguna máquina puede reproducir las seis velocidades enumeradas, pero es posible cubrirlas con solo dos máquinas.

5.4.4.3      Los aparatos de grabación mono y estéreo de cuarto de pulgada vienen en tres configuraciones básicas de pista: pista completa, media pista y cuatro pistas. Hay variaciones en el ancho real de las pistas según la norma en concreto que se siga. Si se reproduce una cinta con un cabezal más estrecho que la pista grabada, presentará una alteración de la respuesta de las bajas frecuencias llamada «efecto marginal» (fringe effect), y además mostrará una relación señal / ruido no óptima. Por ejemplo, una grabación en una pista de 2,775mm reproducida con un cabezal estéreo de 2 mm se traducirá en una pérdida de señal / ruido de aproximadamente 2 dB. El efecto marginal es del orden de 1 dB a 63 Hz a 19,5 cm/s (7,5 IPS) (McKnight: 2001). Una cinta reproducida con un cabezal más ancho que la pista registrada exhibirá una relación señal / ruido ligeramente peor y puede recoger ruido (hiss) no deseado, o señal de las pistas adyacentes. «Se reduce a la relación de 1,9 mm a 2,1 mm, lo que corresponde a un cambio de nivel de 1 dB para estas anchuras de cabezal, o 1,9 mm a 2,8 mm, lo que corresponde a 3,3 dB para estos anchos» (McKnight 2001). En la práctica estos compromisos se aceptan a menudo cuando se trata de variaciones pequeñas en la anchura de pistas, siempre que no se incluyan señales no deseadas (nótese que la parte no grabada de una cinta borrada previamente puede presentar niveles más altos de ruido). Aunque algunas máquinas pueden incluir cabezales de reproducción de media pista y cuatro pistas, puede ser necesario tener más de una máquina para hacer frente a estos diferentes estándares.

full track head configuration

  A B
IEC1 94-1
(pre 1985)
6,3 mm,
(0,248 in)
6,3 mm,
(0,248 in)
NAB 1965 6,3 mm,
(0,248 in)
6,05 mm
(0,238 in)
IEC 94-6
1985
6,3 mm
(0,248 in)
5,9 mm
(0,232 in)

Figura 1, sección 5.4: Dimensiones y configuración de cabezales de pista completa


two track and half track head configurationtwo track and half track head configuration

  A Máxima anchura
de grabación1
B C
Ampex 6,3 mm,
(0,248 in)
6,05 mm
(0,238 in)
1,9 mm
(0,075 in)
2,14 mm
(0,084 in)
IEC 94-6
1985 2 pistas
6,3 mm,
(0,248 in)
5,9 mm
(0,232 in)
1,95 mm
(0,077 in)
2,00 mm
(0,079 in)
IEC estéreo doméstico (pre 1985) 6,3 mm,
(0,248 in)
6,3 mm,
(0,.248 in)
2,0 mm
(0,.079 in)
2,25 mm
(0,089 in)
NAB 1965 6,3 mm,
(0,248 in)
6,05 mm
(0,238 in)
2,1 mm
(0,.082 in)
1,85 mm
(0,073 in)
DIN media pista mono,
Código de tiempo IEC-1
6,3 mm,
(0,.248 in)
6,3 mm,
(0,248 in)
2,3 mm
(0,091 in)
1,65 mm
(0,065 in)
IEC 94-6
1985 estéreo
6,3 mm,
(0,248 in)
5,9 mm
(0,232 in)
2,58 mm
(0,102 in)
0,75 mm
(0,03 in)
IEC-1 Estéreo(pre 1985)
media pista mono
6,3 mm,
(0,248 in)
6,3 mm,
(0,248 in)
2,775 mm
(0,108 in)
0,75 mm
(0,03 in)
IEC
media pulgada
12,6 mm
(0,496 in)
  5,0 mm
(0,197 in)
2,5 mm
(0,098 in)

Figura 2, sección 5.4: Dimensiones y configuración de cabezales de media pista y de dos pistas.

1La máxima anchura de grabación se refiere a la anchura medida desde el borde exterior de las pistas más externas (ver sección 5.4.4.4)


 

quarter track head configuration

  A B C
IEC1
NAB
6,3 mm,
(0,248 in)
1 mm
(0,043 in)
0,75 mm
(0,0295 in)

Figura 3, sección 5.4: Dimensiones y configuración de cabezales de cuatro pistas


Stereo Cassette head configuration

  A B C
IEC
Philips
3,81 mm,
(0,15 in)
0,6 mm
(0,02 in)
0,3 mm
(0,.012 in)

Figura 4, sección 5.4: Dimensiones y configuración de cabezales de casete estéreo


 

 

Mono Cassette head configuration

  A B
ANSI
Philips
3,81 mm,
(0,15 in)
1,5 mm
(0,06 in)

Figura 5, sección 5.4: Dimensiones y configuración de cabezales de casete mono

5.4.4.4      Las normas europeas y de EUA especifican las dimensiones de cabezal de modos distintos. Inicialmente, la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC), principal referencia de los fabricantes europeos, especificó la cinta en relación a su centro y a la distancia entre las pistas, mientras que las normas utilizadas en los Estados Unidos se referían a la medida de la anchura de pista definida esquemáticamente respecto a un lado. El tamaño de la cinta en sí ha cambiado con el tiempo: inicialmente, un cuarto de pulgada se definió como 0,246 ± 0,002 pulgadas (6,25 ± 0,05 mm) y más tarde como 0,248 ± 0,002 a (6,3 ± 0,05 mm). El IEC define la anchura de una grabación en pista completa de la manera siguiente: «Una sola pista se extenderá a todo el ancho de la cinta». (IEC 94 1968:11), mientras que las normas utilizadas en los Estados Unidos definen el tamaño de la pista grabada como ligeramente menor que el ancho de una cinta de 0,246 pulgadas: 0,238 pulgadas +0,010 -0,004 (se trata de una solución pragmática al problema de los «surcos» de desgaste del cabezal y se extiende a todas las dimensiones de pista). Posteriormente el IEC cambió su definición de ancho de pista completa a 5,9 mm (0,232 pulgadas). El número de anchos de pista estándar especificados en las figuras 1-5 sugiere que hay muy poca normalización. (Eargle 1995, Benson 1988, IEC 94-1 1968, 1981, IEC 94-6 1985, NAB 1965, McKnight 2001, Hess 2001).
 
5.4.4.5      El efecto neto de la reproducción de cintas con anchuras de cabezal no coincidentes se discute en el punto 5.4.2.2 anterior. Es importante tratar de cerciorarse correctamente del ancho del cabezal con el que las cintas originales se grabaron para luego reproducirlas en la máquina disponible más apropiada. En general, las grabaciones de dos pistas en cinta de media pulgada y una pulgada solo se hacen en configuración de media pista, y con equipos especializados de grabación profesional que proporcionan una calidad muy alta de audio analógico. El mismo tipo y nivel de equipo es necesario para la reproducción, prestando aún más atención a los detalles de las normas de grabación y reproducción.

5.4.4.6      Los formatos de grabación multipista van desde los de tipo doméstico de cuarto de pulgada a los profesionales de dos pulgadas, y se precisa atención para asegurarse de que la reproducción de las cintas es exacta. Si hay código de tiempo registrado como parte de la grabación, se ha de capturar y codificar para poder utilizarlo posteriormente como fuente de sincronización (para formatos de fichero, ver la sección 2.8).

5.4.4.7      El magnetófono debe ser capaz de reproducir señales con una respuesta de frecuencia de 30 Hz a 10 kHz ± 1 dB, y 10 kHz a 20 kHz +1, -2 dB.

5.4.4.8      La ecualización de un magnetófono debe permitir la alineación para poder reproducir cintas con ecualización NAB o IEC, y preferiblemente debe permitir cambiarla sin tener que alinearlo.

5.4.4.9      Lloro y trémulo sin ponderar como mínimo de 0,05% a 15 IPS, 0,08% a 7,5 IPS, y variación media de la velocidad real menor del 0,1%.

5.4.4.10     Un magnetófono profesional de bobina para archivos también debe permitir un manejo de cinta suave, para no dañar la cinta durante la reproducción. Muchos magnetófonos de estudio de primera y segunda generación asumían cierta robustez de la cinta moderna para su buen funcionamiento. Estas máquinas pueden causar grandes daños a cintas antiguas, o a las estrechas o de larga duración utilizadas para grabaciones de campo.

5.4.5 Equipos de reproducción: Magnetófonos de casete profesionales

5.4.5.1      Actualmente no existen magnetófonos de casete profesionales nuevos disponibles. Además, el mercado de segunda mano para estas máquinas no es tan abundante como el de los magnetófonos de bobina, por lo que es difícil encontrar el equipo adecuado. Esto representa un problema esencial para los archivos de sonido, ya que muchas de las colecciones tienen un gran número de cintas grabadas de casete. Por lo tanto, una cuestión prioritaria para cualquier colección con casetes será buscar y adquirir máquinas profesionales para su reproducción. Las características que distinguen a un equipo profesional de un equipo doméstico, además de las especificaciones de reproducción, incluyen una construcción mecánica sólida, capacidad de ajustar las características de reproducción y el acimut del cabezal, y una opción de salidas de audio balanceadas. Muchas máquinas de alta calidad para audiófilos disponen de algunas de estas características. Las características de un equipo de archivo adecuado para reproducción de casetes son las siguientes:

5.4.5.2      Velocidad de reproducción de 1 7/8IPS (4,76 cm/s) (nota: velocidades de 15/16IPS y 3 3/4 IPS también pueden ser necesarias para la reproducción de ciertas cintas especiales).

5.4.5.3      Variación de la velocidad menor que 0,3%. Lloro y trémulo ponderado menor de 0,1%.

5.4.5.4      Respuesta de frecuencia en reproducción de 30 Hz a 20 kHz, +2, -3 dB.

5.4.5.5      Capacidad de reproducción de casetes de tipo I, II y IV (si fuera preciso).

5.4.5.6      La mayoría de magnetófonos de casete seleccionan automáticamente la ecualización correcta de reproducción cuando determinan el tipo de cinta mediante la lectura de los agujeros o muescas en la parte superior de la carcasa. Ciertas máquinas no leen las muescas, sino que tienen un botón que el operador utiliza para seleccionar la ecualización adecuada. Las casetes de tipo III pueden ser problemáticas, ya que tienen carcasas idénticas a las casetes de tipo I, pero requieren la misma curva de ecualización de reproducción que las casetes de tipo II. Si el magnetófono no tiene una opción explícita para reproducir casetes de tipo III, puede ser necesario utilizar una pletina con ecualización ajustable o realojar la cinta en una carcasa de tipo II (ver la sección 5.4.12.5, «Carcasas de casete»).

5.4.6 Mantenimiento

5.4.6.1      Todo equipo requiere un mantenimiento habitual para que continúe en funcionamiento. Sin embargo, como los equipos de reproducción analógica se están dejando de producir, es necesario hacer planes para obtener piezas de recambio, ya que los fabricantes solo mantendrán tales piezas de repuesto durante un periodo de tiempo finito, y posiblemente corto.

5.4.7 Alineación (más adelante, ecualización)

5.4.7.1      Los equipos analógicos requieren una alineación regular para asegurar que siguen operando de acuerdo con las especificaciones requeridas. Se recomienda que los cabezales y el recorrido de la cinta se limpien a fondo cada 4 horas de operación, o más frecuentemente si es necesario, utilizando un líquido de limpieza adecuado, tal como el alcohol isopropílico, en todas las partes metálicas. El rodillo de presión de goma se debe limpiar con palillos o bolitas de algodón seco o humedecido en agua, según sea necesario. Los rodillos de goma original o de más edad gradualmente se vuelven frágiles si se limpian con alcohol, aumentando el lloro y trémulo. Los rodillos de poliuretano de nueva generación, generalmente de color verde oscuro, pueden disolverse si se limpian con alcohol. Los cabezales y el recorrido de la cinta se desmagnetizan cada 8 horas de funcionamiento, mientras que el recorrido de la cinta y las características de reproducción se comprueban con una alineación cada 30 horas de uso; el equipamiento completo debe recibir una alineación y verificación total cada 6 meses.

5.4.7.2      De la misma manera que las pletinas y la cinta se están dejando de manufacturar, las cintas de test apropiadas son también cada vez más difíciles de obtener, y ciertos tipos ya no están disponibles. Una tarea del archivero será adquirir suficientes bobinas y casetes de prueba para gestionar la transferencia de su colección.

5.4.8 Velocidad

5.4.8.1      Aunque es posible corregir la velocidad en el ámbito digital, es preferible evitar este tipo de corrección posterior y escoger con cuidado la velocidad de reproducción en el proceso inicial de transferencia, documentando la velocidad elegida y su justificación. Los magnetófonos pueden muy fácilmente exhibir características de velocidad inexacta debido a un fallo, una mala alineación o, en algunos casos, una fuente de alimentación inestable. Por esta razón se debe cuestionar la velocidad de transporte de la cinta.

5.4.9 Máquinas sin cabrestante y velocidades no lineales

5.4.9.1      Algunos magnetófonos de bobina de primera generación se diseñaron para funcionar sin control del cabrestante y rodillo, y por tanto su velocidad aumenta. Si estas cintas se reproducen a una velocidad estándar (constante) la señal resultante disminuye en velocidad a medida que la cinta se reproduce; por tanto para reproducir la cinta correctamente la velocidad de reproducción debe cambiar de la misma forma que la velocidad de grabación. Algunos de los magnetófonos de reproducción más recientes, como los fabricados por Nagra o Lyrec, han incorporado un ajuste de velocidad controlado por un voltaje externo, que permite al operador diseñar un simple circuito con una curva que coincida con la velocidad original. Algunas de las máquinas de reproducción de última generación, como la serie A800 de Studer, disponían de un control por microprocesador que permitía la manipulación programable de la velocidad, y otros como el Frida Lyrec permitían la manipulación de la velocidad a través de MIDI. Pero hay que tener cuidado en suponer que el aumento de la velocidad es lineal: los primeros magnetófonos sin cabrestante eran de bajo coste, y su velocidad variaba en función del peso en la bobina, de manera que el aumento de la velocidad a menudo es menor al principio o al final de la cinta, cuando una u otra de las bobinas está llena, y el gráfico resultante de la variación de velocidad dista mucho de ser lineal.

5.4.10 Ecualización de reproducción

5.4.10.1    En la mayoría de formatos de audio analógico la representación de la señal es deliberadamente no lineal en su respuesta de frecuencia. La reproducción correcta, por tanto, requiere ecualización de la señal.

5.4.10.2    A continuación se enumeran los estándares más comunes de ecualización para la reproducción de audio de cinta analógica (Cuadro 1, sección 5.4). Cabe señalar que las ecualizaciones se han desarrollado a lo largo del tiempo. Los estándares actuales se dan en negrita, junto con la fecha de su introducción. Las grabaciones antiguas se han de reproducir aplicando los respectivos estándares históricos, pudiendo utilizarse simples circuitos adicionales. A la hora de decidir, hay que tener en cuenta posibles superposiciones de normas antiguas y nuevas para cintas grabadas en épocas de transición. Antes de esto había una variedad de estándares según el fabricante.
 

30 ips, 76 cm/s IEC2
AES
(1981) estándar actual 17.5 μs
30 ips, 76 cm/s CCIR
IEC1
DIN
(1953–1966)
(1968)
(1962)
35 μs
15 ips. 38 cm/s IEC1
CCIR
DIN
BS
(1968) estándar actual
(1953)
(1962)
35 μs
15 ips. 38 cm/s NAB
EIA
(1953) estándar actual
1963
3180 μs 50 μs
7½ ips, 19 cm/s IEC1
DIN(estudio)
CCIR
(1968) estándar actual
1965
1966
70 μs
7½ ips, 19 cm/s IEC 2
NAB
DIN(doméstico)
EIA
RIAA
(1965) estándar actual
(1966)
(1963)
(1968)
3180 μs 50 μs
7½ ips, 19 cm/s Ampex (doméstico)
EIA (propuesto)
(1967) 50 μs
7½ ips, 19 cm/s CCIR
IEC
DIN
BS
(Hasta 1966)
(Hasta 1968)
(Hasta 1965)
100 μs
3¾ ips 9,5 cm/s IEC2
NAB
RIAA
(1968) estándar actual
(1965)
(1968)
3180 μs 90 μs
3¾ ips 9,5 cm/s DIN (1962) 3180 μs 120 μs
3¾ ips 9,5 cm/s DIN (1955–1961) 200 μs
3¾ ips 9,5 cm/s Ampex (doméstico)
EIA (propuesto)
(1967) 100 μs
3¾ ips 9,5 cm/s IEC (1962–1968) 3180 μs 140 μs
3¾ ips 9,5 cm/s Ampex (1953–1958) 3180 μs 200 μs
17/8 ips 4,75 cm/s IEC
DIN
(1971) estándar actual
(1971)
3180 μs 120 μs
17/8 ips 4,75 cm/s IEC
DIN
RIAA
(1968–1971)
(1966–1971)
(1968)
1590 μs 120 μs
17/8 ips 4,75 cm/s
cassette
IEC tipo I 1974 estándar actual 3180 μs 120 μs
17/8 ips 4,75 cm/s
cassette
DIN tipo I (1968–1974) 1590 μs 120 μs
17/8 ips 4,75 cm/s
cassette
Tipo II y IV (1970) estándar actual 3180 μs 70 μs
15/16 ips 2,38 cm/s No definido      

Cuadro 1, sección 5.4: Ecualizaciones comunes para la reproducción de cintas magnéticas analógicas*

5.4.10.3    A 15 y 7,5 IPS hay dos opciones en lo que respecta a ecualización de reproducción de cintas en bobina, incluso para cintas grabadas recientemente y de acuerdo con las normas vigentes. Dado que estas son las dos velocidades de grabación más comunes, la ecualización de reproducción se debe elegir con cuidado para asegurarse de que corresponde con la de grabación. Aparte de las normas mencionadas en el cuadro 1, Sección 5.4, hay un pequeño número de estándares más recientes que intentan conseguir un mejor rendimiento, pero que son diferentes a los que se aceptan habitualmente. Por ejemplo, a 15 IPS los magnetófonos Nagra disponen de la opción de usar una ecualización especial llamada NagraMaster. La versión de los EUA de NagraMaster tiene constantes de tiempo de 3150 y 13,5 µs, mientras que las de la versión europea son de ∞ y 13 µs. Desde 1958 hasta pocos años después, Ampex utilizó la «Ampex Master Equalization» (AME), también para 15 IPS pero oficialmente solo en magnetófonos de masterización de media pulgada (MRL 2001). Las máquinas registradoras de datos y algunos equipos portátiles populares semiprofesionales pueden grabar a la muy lenta velocidad de 15/16 IPS (2,38 cm/s), pero parece no existir un estándar acordado para el intercambio de estas cintas, y cualquier ecualización debería seguir las normas de la casa.

5.4.10.4    A veces la falta de documentación puede obligar al operador a tomar decisiones auditivas sobre la ecualización de reproducción. La ecualización para reproducir casetes corresponde al tipo de cinta, y se debe tener cuidado para garantizar que se esté utilizando la correcta. Muchas grabaciones en cinta, sobre todo grabaciones privadas o en instituciones culturales o de investigación carentes de soporte técnico, se han realizado en magnetófonos no alineados. A menos de que se disponga de evidencia objetiva que permita una configuración alternativa, en lo que respecta a la ecualización hay que asumir que las cintas están correctamente alineadas.


* IEC se refiere a IEC Pub 60094-1, cuarta edición, 1981; NAB al estándar para bobina de 1965 (IEC2), o el estándar para casete de 1973; DIN se refiere a DIN 45513-3 o 45513-4; AES a AES-1971, y BS al estándar británico (BS 1568). Se agradece a Friedrich Emgels, Richard L. Hess y Jay McKnight la información generosamente proporcionada sobre ecualización de cintas.

5.4.11 Reducción de ruido

5.4.11.1    La señal grabada en una cinta puede haber sido codificada de cierta manera para enmascarar el ruido inherente del soporte. Esto se conoce como reducción de ruido. Si la cinta se ha codificado durante la grabación, se descodifica utilizando el mismo tipo de sistema, adecuadamente alineado. Los sistemas de reducción de ruido más comunes son Dolby A y Dolby SR (profesionales), Dolby B y Dolby C (domésticos), los poco utilizados dbx de tipo I (profesional) y II (doméstico), y TelCom.

5.4.11.2    La alineación de las características de grabación y reproducción del magnetófono son fundamentales para el funcionamiento correcto de los sistemas de reducción de ruido, y a menudo las cintas profesionales codificadas incluyen los tonos de alineación característicos. El nivel de salida, así como la respuesta de frecuencia, pueden alterar la respuesta del sistema de descodificación, y también es importante señalar que la reducción del ruido se puede aplicar tanto a la ecualización IEC como a la NAB y se ha de reproducir correctamente. Los magnetófonos de casete profesionales de los últimos años normalmente disponen de Dolby B y Dolby C; este tipo de grabaciones normalmente no incluyen tonos de alineación y tienen un efecto menos evidente en la señal que los sistemas profesionales.

5.4.11.3    Aunque es posible transferir el audio de una cinta codificada pensando en una posterior descodificación, las múltiples variables en la alineación pueden agravar los errores y hacer que sea difícil descodificar con precisión una vez que la cinta se ha transferido. Es mejor descodificar en el momento de la transferencia.

5.4.11.4    A menos que haya documentación al respecto, es difícil evaluar si una casete se ha grabado con reducción de ruido. Al igual que con la ecualización, la falta de documentación puede obligar al operador a tomar decisiones basadas en el oído. Generalmente la reproducción correcta se caracteriza por un nivel uniforme de ruido de fondo, mientras que la fluctuación de este nivel indica un mal ajuste de reproducción. Aquí un analizador de espectro puede ser útil. Si no se puede determinar, las copias de las cintas deben hacerse planas, es decir, sin reducción de ruido.

5.4.12 Corrección de errores causados por desalineación del equipo de grabación

5.4.12.1    Las desalineaciones en los magnetófonos dan lugar a imperfecciones en la grabación, que pueden adoptar múltiples formas. Aunque muchas de ellas no son (o apenas son) corregibles, algunos de estos fallos pueden detectarse objetivamente y se pueden compensar. Es imperativo tomar medidas de compensación en el proceso de reproducción de los documentos originales, ya que esta corrección no será posible una vez la señal se haya transferido a otro soporte.
 
5.4.12.2    Alineación del acimut y recorrido de la cinta: una alineación inadecuada del cabezal grabador del aparato original tiene como consecuencia que al reproducirse la señal presenta una disminución de la respuesta de altas frecuencias, y, en el caso de reproducir dos o más pistas, una alteración de la relación de fase entre los canales. El ajuste del ángulo del cabezal de reproducción para lograr que la orientación del cabezal esté en el mismo plano que el campo magnético de la cinta se llama ajuste de acimut, y este simple ajuste puede mejorar notablemente la calidad y la inteligibilidad de la señal reproducida. La formación del personal en esta tarea no presenta mayores dificultades, y toda la tecnología de medición necesaria es un buen oído biaural. Aunque un osciloscopio o un medidor exacto de fase ayudarán a ajustar cintas mono o cintas correctamente grabadas, estos instrumentos también pueden inducir a errores a la hora de reproducir cintas grabadas en equipos baratos o no profesionales. En estos casos se debe utilizar una evaluación auditiva de las altas frecuencias. Además, o alternativamente, se puede utilizar un programa que proporcione una función de espectrograma en tiempo real. El ajuste de acimut debe ser una parte rutinaria de todas las transferencias de cinta magnética.

5.4.12.3    Los sistemas digitales pueden corregir la relación de fase de la señal (a menudo descrito como la corrección de acimut), pero tales procedimientos no pueden recuperar la información de alta frecuencia que se pierde. El ajuste de acimut debe hacerse en la cinta original antes de empezar a transferirla.
 
5.4.12.4    La alineación vertical del cabezal en el equipo de grabación original puede presentar un obstáculo para la reproducción adecuada de la señal. Ello sucede sobre todo con grabaciones hechas en equipos amateur o no profesionales. Para obtener una representación visual de la alineación de las pistas en la cinta de la grabación se seguirá el siguiente procedimiento: partes grabadas de las cintas deben protegerse con una lámina transparente muy fina de Mylar o un material transparente similar. Seguidamente se espolvorearán sobre la hoja transparente virutas ferromagnéticas secas o en suspensión de tamaño inferior a 3 micras. Las propiedades magnéticas de la parte grabada de la cinta harán que las pistas sean visibles. Una serie de líneas de medición marcadas cuidadosamente sobre la hoja ayudarán a la detección de la desalineación. Estos ajustes del recorrido de la cinta son necesarios con menos frecuencia que los ajustes de acimut, pero si se deben llevar a cabo el equipo de reproducción debe volver a calibrarlo un técnico cualificado. Hay que tener cuidado para asegurarse de que no queden partículas de hierro en contacto con la cinta, ya que pueden dañar los cabezales de reproducción.
 
5.4.12.5    Carcasas de casete: las cajas en las que se alojan las cintas de bajo coste pueden hacer que la cinta se atasque o se reproduzca con más lloro y trémulo. En estos casos, a menudo es beneficioso trasladar la cinta a otra carcasa de alta calidad, con tornillos, asegurándose siempre de que se han incluido los rodillos, la almohada de presión y los alineadores lubricantes.
 
5.4.12.6    Lloro, trémulo y variaciones de velocidad periódicas de la cinta: no es posible hacer gran cosa para mejorar adecuadamente las variaciones periódicas de la señal grabada. Por tanto, es imperativo que el equipo de reproducción sea inspeccionado, alineado y mantenido a fondo para asegurar que no se estén introduciendo defectos sonoros adicionales relacionados con la velocidad. Con la disponibilidad de convertidores A/D y componentes de alta resolución, parece posible capturar la señal de polarización de alta frecuencia de cintas magnéticas analógicas durante la transferencia, lo cual podría permitir la corrección posterior del lloro y trémulo. Sin embargo, existen muchos obstáculos importantes para la realización de este proceso, como la falta de equipos disponibles para extraer las señales de frecuencias tan altas y la inherente falta de fiabilidad de la señal de polarización en sí. Dado que el procedimiento es generalmente largo y complejo, y no se esperan mejoras sustanciales respecto a este tema, su aplicación es rara, e incluso entonces solo será viable para un grupo limitado de cintas producidas en circunstancias específicas.

5.4.13 Eliminación de defectos sonoros relacionados con el almacenamiento de la señal

5.4.13.1    En la mayoría de los casos es preferible minimizar las distorsiones de la señal relacionadas con el almacenamiento antes de emprender la digitalización. En las grabaciones magnéticas analógicas lineales, por ejemplo, el efecto de copiado inducido es un fenómeno bien conocido y molesto. La reducción de esta señal indeseada solo se puede llevar a cabo en la cinta original.

5.4.13.2    Copiado inducido: el copiado inducido por contacto o «efecto eco» es la transferencia no deseada de los campos magnéticos de una capa de cinta analógica a otra capa de cinta en la bobina. Se manifiesta por unos ecos previos y posteriores a la señal principal. La intensidad de la impresión a través de la señal está en función de la longitud de onda y del espesor del recubrimiento de la cinta, pero sobre todo de la propagación de la coercividad* de las partículas en la capa magnética. Casi todo el copiado inducido se produce poco después de grabar la cinta, al enrollarse en la bobina. El aumento del copiado inducido posterior se reduce con el tiempo; si aumenta después siempre será debido a cambios de temperatura. Cuando la cinta se almacena con el óxido mirando al centro, que es la manera más común de hacerlo, la impresión de la señal deseada a la capa exterior es más fuerte que la señal impresa en la capa más cercana al centro de la bobina. En consecuencia, a menudo se recomienda que las cintas se almacenen «cola afuera» (tails out), de manera que los post-ecos sean más fuertes que los pre-ecos, y menos evidentes. Por otra parte, las normas alemanas de radiodifusión especifican que las cintas se almacenen con el óxido hacia afuera, y en este caso se recomienda lo opuesto, es decir, un bobinado de «cabeza afuera» (heads out).

5.4.13.3    Estas señales impresas se reducen al rebobinar la cinta antes de reproducirla, por un proceso llamado «acción magnetostrictiva». Ciertas pruebas sistemáticas han demostrado, sin embargo, que es recomendable rebobinar una cinta al menos tres veces para disminuir suficientemente el efecto copia (Schuller: 1980). Si la señal impresa es muy alta y no responde adecuadamente a ese rebobinado, ciertos magnetófonos permiten aplicar a la cinta una señal de polarización** de bajo nivel durante la reproducción. Esto elimina selectivamente las partículas de menos coercitividad y por lo tanto reduce el efecto copia, aunque también puede afectar a la señal, especialmente si se aplica con demasiada fuerza. Solo debe utilizarse como último recurso y con sumo cuidado.

5.4.13.4    Aunque el efecto de copia inducida por contacto puede reducirse en la cinta original, es imposible conseguir después el mismo nivel de restauración. Una vez copiada a otro formato la señal impresa se convierte en una parte permanente de la señal deseada.

5.4.13.5    Síndrome de vinagre y cintas frágiles de acetato: las cintas de acetato se vuelven frágiles con el tiempo, lo que puede dificultar reproducirlas sin dañarlas. La fragilidad resulta de un proceso de degradación química que se produce cuando los enlaces moleculares del compuesto de acetato se rompen y liberan ácido acético, que emite el olor característico del vinagre. Si la cinta de acetato se rompe se puede empalmar sin pérdida de señal o deterioro, ya que, debido a su fragilidad, la cinta no se deforma longitudinalmente. Pero las cintas frágiles también están sujetas a otros tipos de deformaciones que impiden el necesario contacto cinta-cabezal para la reproducción óptima de la señal. Un proceso de re-plastificación sería oportuno, pero estos procesos aún no existen. Se recomienda a los archiveros no utilizar ciertos procesos químicos que se sugieren a veces, ya que no solo pueden poner en peligro la supervivencia de la cinta a largo plazo, sino que también contaminan el equipo de reproducción e, indirectamente, otras cintas reproducidas en estas máquinas. En vez de esto, se recomienda que las cintas se reproduzcan en un equipo moderno que permita bajar la tensión de la cinta. Esto permitirá un equilibrio aceptable entre el cuidado de la cinta frágil y la aplicación de suficiente tensión como para permitir un buen contacto cinta-cabezal.

5.4.13.6    Memoria física de la cinta: las cintas de PVC y poliéster mal almacenadas o bobinadas también pueden sufrir deformaciones. Las cintas conservan a menudo una «memoria» de la deformación que causa un escaso contacto entre la cinta y el cabezal, lo que reduce la calidad de la señal. Una serie de rebobinados y pausas pueden paliar algunos de estos efectos.


*Coercitividad: medida de la intensidad del campo magnético necesario para reducir la magnetización de un material ferromagnético a cero, después de llegar a la saturación.

** Polarización: una señal de alta frecuencia que se mezcla con el audio durante la grabación para ayudar a reducir el ruido base de la cinta.Ideado por Walter Weber en 1940.

5.4.14 Grabaciones en hilo magnético

5.4.14.1    Aunque los principios de grabaciones en hilo magnético se establecieron a finales del siglo XIX, y varios fabricantes de dictáfonos produjeron modelos que funcionaban en los años 1920 y 1930 (ver más adelante 5.4.15), no fue hasta 1947 cuando los magnetófonos de hilo magnético se comercializaron con éxito para el público general.

5.4.14.2     La velocidad de los grabadores de hilo magnético no es estándar y varía entre los fabricantes e incluso, a veces, de modelo a modelo. Pero a partir de 1947 la mayoría de los fabricantes aceptan una velocidad estándar de 24 IPS y un tamaño de bobina de 2 pulgadas y 3/4. Los magnetófonos de hilo no tenían cabrestante, de forma que la velocidad podía cambiar a medida que el carrito receptor se iba llenando. El tamaño de la bobina receptora era parte integral de la reproducción correcta del hilo magnético, y muy a menudo estaba relacionada con una máquina o un fabricante en particular; normalmente esta bobina es una parte fija de la máquina. El cénit de popularidad del grabador de hilo magnético fue desde mediados de la década de1940 hasta principios de la década de 1950, periodo que coincidió con el desarrollo y la introducción del magnetófono de cinta, que al ser técnicamente superior hizo que el hilo magnético se considerara enseguida obsoleto. Incluso en su apogeo, el grabador de hilo magnético fue utilizado principalmente como grabador doméstico, aunque algunos fueron utilizados con fines comerciales.

5.4.14.3    Aunque el hilo magnético cayó rápidamente en desuso, todavía podía encontrarse en tiendas especializadas hasta la década de 1960. Los primeros carretes tenían un tamaño grande en comparación con los de 2 pulgadas y 3/4, que se convirtieron en los más utilizados. Algunos cables, sobre todo en la historia temprana del magnetofón de hilo, se hicieron a partir de acero al carbono sin chapar ni revestir, y estos pueden haberse corroído y ser difíciles de reproducir. Sin embargo, muchos hilos magnéticos se encuentran en condiciones excelentes, ya que están hechos de acero inoxidable con 18% de cromo y 8% de níquel, y no se han corroído.

5.4.14.4     El principio de los magnetófonos de hilo es relativamente sencillo, de modo que es posible la construcción de una máquina para reproducirlos. Sin embargo, la complejidad asociada con un bobinado sin problemas y la reproducción del hilo magnético sin enredos ni roturas sugieren que la mejor manera de reproducirlos es el uso de una máquina original, aunque vale la pena señalar que algunos expertos han modificado magnetófonos de cinta para reproducir hilos magnéticos. Cuando se reproduzcan utilizando una máquina original se recomienda revisar los componentes electrónicos de audio, para asegurar un mejor rendimiento o, preferiblemente, sustituirlos por circuitos de audio con componentes modernos (Morton 1998, King: sf).

5.4.15 Formatos magnéticos de dictado de oficina

5.4.15.1    En las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial aparecieron una amplia variedad de formatos de dictado de oficina con soporte magnético. Las necesidades de una oficina son distintas de las de otros ámbitos de grabación de audio, y esto se refleja en su diseño: las prioridades eran un peso y tamaño reducidos, facilidad de uso y velocidad variable, en general a costa de la calidad de audio. Los sistemas magnéticos de dictado pueden dividirse en formatos de cinta y formatos no de cinta.

5.4.15.2    «Cinta», en este contexto, incluye varias formas de hilo magnético (ver 5.4.14, supra), bobina y casete. Algunos formatos pueden reproducirse con equipos estándar (por ejemplo, los formatos de casete no estándar a veces pueden realojarse y reproducirse en una carcasa de casete estándar), mientras que otros solo pueden reproducirse en las máquinas originales específicas. Si existen ambas opciones, habrá que tomar una decisión entre los dos enfoques. Uno implica la utilización de un equipo de alta calidad, relativamente fácil de mantener, pero que al mismo tiempo podría tener problemas de compatibilidad con respecto a la anchura de la cinta, configuración del cabezal, velocidad de reproducción, ecualización, reducción de ruido, etc. El otro enfoque ofrece mejor compatibilidad entre el formato y la máquina reproductora, pero muy probablemente a costa de especificaciones inferiores y necesidades esotéricas de mantenimiento del equipo original del formato concreto. Los formatos basados en cinta se pueden subdividir entre los de velocidad lineal y no lineal. Los primeros presentan menos problemas si se reproducen en aparatos convencionales; los segundos también se pueden reproducir así, pero habrá que ajustar la velocidad (ver 5.4.9).

5.4.15.3    Los formatos no de cinta incluyen una desconcertante variedad de discos, cintas, rollos y hojas, todos ellos con superficies recubiertas de material magnético, grabados y reproducidos con cabezales teóricamente similares a los de magnetófonos convencionales. Por tanto, con suficiente experiencia, tiempo y dinero sería posible construir aparatos para reproducir algunos de estos formatos, utilizando algunos de los componentes más comunes de un magnetófono. En muchos casos, puede resultar más factible localizar una máquina original de reproducción, o quizá contratar a un especialista que pueda realizar el trabajo.

5.4.16 Factor tiempo

5.4.16.1    El tiempo necesario para copiar el contenido del material de audio es muy variable, y depende en gran parte de la naturaleza y el estado del soporte original. La reproducción del formato es tan solo una parte del proceso, que incluye rebobinado, evaluación, ajuste y documentación. Incluso una cinta analógica de buena calidad y con buena documentación llevará, de media, el doble del tiempo de la duración de la grabación para transferir correctamente a un formato digital. A mediados de la década de 1990 el Archivarbeitsgruppe de la ARD (Arbeitsgemeinschaft der Rundfunkanstalten Deutschlands) consideraba esta cifra como demasiado optimista, ya que postula un factor 3 (tres horas de trabajo de un operador por cada hora de material) para la transferencia de un fondo de archivo típico de sus emisoras de radio. Las cintas que muestren cualquier fallo, requieran reparación o restauración, o necesiten documentación adicional, evaluación o adición de metadatos, necesitarán mucho más tiempo para su conservación, transferencia y preservación.

5.4.17 Detección de señal y carga automática (problemas y beneficios)

5.4.17.1    Se recomienda que se escuchen atentamente todas las cintas mientras se transfieren para su preservación. Pero en respuesta a la gran cantidad de material a transferir y conservar, algunos fabricantes de sistemas digitales de archivo han desarrollado formas automáticas de seguimiento y detección de fallos de la señal que permiten hacer transferencias sin vigilar. El ahorro de tiempo es evidente, ya que un operador podrá realizar varias transferencias de forma simultánea. Los sistemas en sí parecen conseguir el máximo beneficio cuando el material proviene de colecciones bastante homogéneas, y está grabado en soportes estables que puedan ser tratados de forma idéntica. Esto es evidente cuando se observa que los sistemas de este tipo con más éxito se han aplicado en archivos de difusión donde el contenido es en gran medida de calidad similar, la colección es grande, y se dispone de los recursos para construir, administrar y ejecutar estos sistemas. Para materiales que requieran un tratamiento singular (y esto es típico de la mayoría de colecciones de investigación y patrimonio) los beneficios de un sistema automatizado no son tan grandes.